Juan Guillermo Estay Sepúlveda
Los medios de comunicación y la democracia son un binomio que se han acostumbrado a convivir en una relación mutua de amor y odio. Las informaciones entregadas al público en su conjunto no son realizadas al azar y en los tiempos actuales - con la llegada de los medios en línea-, son un arma perfecta para influenciar con discursos de odio y una herramienta utilizada por personeros y gobiernos para sus propósitos. Una democracia fortalecida no puede ni debe permitir, bajo el argumento de la libertad de expresión, discursos que atenten contra la dignidad humana y que en varios casos han llevado incluso a los asesinatos personales y en masa. La humanidad lo vivió, por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial y no estamos en el Tercer Milenio preparados para que tales horrores se vuelvan a repetir.
The media and democracy are a binomial that have become accustomed to living in a mutual relationship of love and hate. The information delivered to the public as a whole is not done randomly and in current times -with the arrival of online media-, they are a perfect weapon to influence with hate speech and a tool used by officials and governments for their purposes. A strengthened democracy cannot and should not allow speeches that violate human dignity and that in several cases have even led to personal and mass murder under the argument of freedom of expression. Humanity lived it, for example, in the Second World War and we are not in the Third Millennium prepared for such horrors to be repeated.
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