Dos eventos recientes han inaugurado la era moderna de la «astronomía de multimensajeros», la técnica consistente en observar los mismos fenómenos celestes mediante luz, partículas y ondas gravitacionales.
Cada uno de esos mensajeros transporta información única. Combinar los diferentes datos que aporta cada uno está permitiendo a los astrónomos entender mejor algunos de los fenómenos más misteriosos del cosmos.
En el último año se han detectado los neutrinos y la luz procedentes de un agujero negro supermasivo que absorbe materia, así como las ondas gravitacionales y la luz generadas por una colisión entre estrellas de neutrones.
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