Los revolucionarios de Kronstadt, base de la armada, tomaron el poder (sin disparar). Exigieron una nueva orientación revolucionaria fundada en soviets libres elegidos inmediatamente, sin presiones.
La respuesta de Lenin y Trotski fue mentir y luego aplastar militarmente a los kronstadianos. Lenin y su partido confirmaban que eran representantes del pueblo, del socialismo y del futuro. Lenin aprovechó el acontecimiento para acallar a los opositores sindicalistas en su partido (Shliápnikov, Kolontay). Stalin, Kruchov, Bresniev continuaron la labor. Kronstadt demuestra que el leninismo es la mordaza del proletariado y su capa dirigente, visible en Rusia y China.
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