Este artículo pretende evidenciar por medio de la categoría analítica del feminicidio y enfoque de género; que en el asesinato de mujeres no existe un perfil de víctima homogéneo, como hasta antes se creía. Con ello los actos de violencia hacia las mujeres y niñas se desvirtuaron y sirvieron para restar importancia a crímenes que iban aumentando tanto en cantidad y en crueldad, así como se dispersaban en todo el mundo, principalmente en América Latina. La caracterización de esas víctimas estaba a cargo de los medios de comunicación al igual que de las autoridades -eliminando en todo argumento la violencia estructural que se vive y padece por ser mujer y la subordinación del patriarcado, en donde las mujeres son un colectivo inferior- maximizando un problema de corte individual. La violencia feminicida, es un problema de dimensiones desconocidas y que interviene en todos los sectores sociales; por ello es necesario que la sociedad reconozca que no son hechos aislados las muertes violentas de las mujeres -puesto que estos ocurren tanto en el ámbito público como en el privado- omitiendo contenido discriminatorio y dejando de normalizar el ataque hacia ellas como una forma de escarmiento.
This article tries to show through the analytical category of feminicide and gender approach; that in the murder of women there is no homogeneous victim profile, as was previously believed. As a result, acts of violence against women and girls were distorted and served to downplay crimes that were increasing both in quantity and cruelty, as well as dispersed throughout the world, mainly in Latin America. The characterization of these victims was in charge of the media as well as the authorities - eliminating in every argument the structural violence that one lives and suffers for being a woman and the subordination of the patriarchy, where women are an inferior group- maximizing an individual cutting problem. Femicidal violence is a problem of unknown dimensions and that intervenes in all social sectors; Therefore, it is necessary for society to recognize that violent deaths of women are not isolated events - since these occur in both the public and private spheres - omitting discriminatory content and ceasing to normalize the attack on them as a form of punishment.
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