Valencia, España
Con respecto al transporte público, uno de los principales pilares de la movilidad urbana actual y futura en nuestras ciudades recae el autobús. Durante los últimos años y con el impulso de las nuevas políticas y leyes, la movilidad eléctrica pública está en auge, gracias al desarrollo tecnológico que ha permitido que la electricidad poco a poco vaya ganando terreno al resto de combustibles.
En efecto, los autobuses eléctricos están llamados a ser una de las principales soluciones de transporte en las ciudades, si bien su implantación está siendo relativamente lenta a excepción de China, donde hoy en día circula el 98% de los autobuses eléctricos del mundo.
Así, son muchas las ciudades que en los últimos años se han interesado por el cambio de su flota y la incorporación de autobuses eléctricos, con el claro objetivo de reducir las emisiones asociadas al transporte urbano. Sin embargo, la transición hacia el mundo eléctrico plantea serias dudas por la inherente novedad de estos nuevos vehículos, los costes de adquisición y mantenimiento, la necesidad de disponer de nuevas infraestructuras de carga, la complejidad técnica de esta nueva tecnología, así como la falta de experiencia con este tipo de autobús.
Bajo este escenario, el presente artículo pretende proporcionar una visión global sobre todos aquellos aspectos que condicionan la transición eléctrica de los autobuses, destacando el gran reto al que se enfrentan las ciudades para desplegar con eficacia amplias flotas de autobuses eléctricos.
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