Introducción. Las fístulas durales espinales consisten en una arteria que penetra en la duramadre y drena en una vena perimedular. La localización más frecuente es dorsal y lumbarmente; es infrecuente la craneocervical. La clínica que presentan estos pacientes es de mielopatía progresiva ascendente por hipertensión venosa grave; aunque también pueden debutar con cuadro de hemorragia subaracnoidea. Caso clínico. Varón de 62 años, con cuadro de mielopatía progresiva por fístula dural dependiente de ramas meníngeas de la PICA derecha, que se trató quirúrgicamente con la realización de un clipaje de la fístula mediante abordaje extremo lateral suboccipital. En la bibliografía revisada hay publicados 35 casos de fístulas durales localizadas en la unión craneocervical. Conclusiones. La existencia de clínica compatible con mielopatía cervical y resonancia cervical anodina justifica la realización de una arteriografía medular por sospecha de malformación vascular. El diagnóstico precoz de una fístula dural y su correcto tratamiento supone una disminución de la morbimortalidad de estos pacientes.
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