El trabajo desarrollado se centra en el análisis de las consecuencias espaciales que ha sufrido el territorio europeo a raíz de un cambio topológico en la noción de frontera y su relación con el cuerpo migrante. No podemos seguir entendiendo la frontera como la línea o división abstracta separadora de dos territorios, sino como un mecanismo mucho más complejo en el que diferentes realidades se superponen simultáneamente, donde el elemento físico, el muro, se ha reducido a un elemento simbólico. La puesta en crisis de la soberanía del Estado hace que sus límites se diluyan y den paso a nuevos dispositivos fronterizos. La frontera se ha convertido en un organismo potencialmente presente en el territorio en el que se inserta, que lo ha estructurado de tal manera que no hay lugar que se libre de su ámbito de actuación. Europa es su propia frontera. La investigación se centra en los mecanismos, de corte legal, implantados por la Unión Europea y que han ido definiendo desde ...
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