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Resumen de Nutrición y proceso quirúrgico

María Lourdes González-Miret Martín

  • La evolución de un proceso quirúrgico así como el tiempo necesario para la recuperación están juertemente influenciados por el estado nutricional del paciente. La malnutrición favorece el retraso en la cicatrización de las heridas, aumenta la probabilidad de aparición de complicaciones tras la cirugía (sepsis, edemas, etc.) e incrementa la mortalidad.En general, en los enfermos hospitalizados se da un alto índice de desnutrición, de manera que muchos de los pacientes que se someten a una intervención quirúrgica presentan algún grado de desnutrición, moderada o grave.Para la recuperación del paciente intervenido, el cuidado de las heridas es tan importante como alcanzar un correcto estado nutricional mediante la administración de una dieta adecuada, preoperatoria, postoperatoria, o ambas. Las posibilidades de actuación dependen de diversos factores, tales como el estado nutricional inicial, las características de la intervención y la existencia de otras patologías.El protocolo de aplicación de un plan nutricional debe incluir las siguientes fases:• Evaluación nutricional previa para determinar el estado nutricional del paciente.• Cálculo de las necesidades nutricionales concretas para cada individuo, en función de las características fisiológicas y de la intervención.Aplicación de apoyo nutricional para mantener o recuperar el nivel nutricional, teniendo en cuenta el apetito del paciente, el estado del tracto gastrointestinal o las disfunciones específicas, para decidir la vía óptima para la administración de nutrientes (oral, enteral o parenteral).Prescripción de una dieta adecuada con una pauta nutritiva en función de la intervención quirúrgica a la que haya sido sometido.En algunas ocasiones, la malnutrición del paciente o las características de la intervención elevan el riesgo de fracaso en la cirugía. En estos casos, si la operación no es urgente y es posible su programación, es indispensable llevar a cabo una actuación nutricional antes de la intervención quirúrgica, biencomo preparación a la cirugía, bien para conseguir la estabilización nutricional del paciente.En la mayoría de los casos, las modificaciones nutricionales postoperatorias vienen condicionadas por el propio acto quirúrgico, para compensar las alteraciones orgánicas y funcionales que se producen (aumento del catabolismo, incremento de las necesidades energéticas, modificaciones endocrinas, etc.). En este momento, es fundamental instaurar un plan dietético adaptado a las especiales necesidades del paciente para conseguir una rápida recuperación.Siempre que sea posible, la terapia nutricional se administra vía oral. Sin embargo, en algunas ocasiones es necesario recurrir a otras vías de administración como la enteral o la parenteral, debido a factores propios del paciente (vómitos, anorexia, depresión, etc.) o de la intervención (anestesia, cirugía digestiva, etc.). En este sentido, la Sociedad Americana de Nutrición Parenteral y Enteral (ASPEN) ha editado una guía para establecer los casos en los que es recomendable instaurar un soporte nutricional artificial en pacientes quirúrgicos.Tras la cirugía, la nutrición postquirúrgica ha de instaurarse de manera secuencial. La primera actuación se encamina a cubrir las necesidades hidroelectrolíticas del paciente, generalmente vía venosa, seguida de administración de líquidos vía oral. Posteriormente se administra una dieta oral, en primer lugar semiblanda, que pasa progresivamente a la alimentación habitual, con las restricciones necesarias condicionadas por el tipo de cirugía: modificaciones del contenido en ciertos nutrientes (cirugía bariátrica y del páncreas, colecistectomía, etc.) o fraccionamiento de la dieta (cirugía de colon, páncreas, etc.), entre otras.Por otro lado, la inmunonutrición, como una terapia nutricional, está basada en la administración de determinados nutrientes como algunas vitaminas (E y C), minerales (selenio, zinc), aminoácidos (arginina, glutamina) y ácidos grasos omega-3, que mejoran el estado inmunológico del paciente. Estos nutrientes favorecen la respuesta inmune, con lo que disminuye el de la intervención quirúrgica.


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