Este artículo propone un nuevo modelo de operaciones de gestión de crisis de la OTAN, a partir del análisis de cuatro intervenciones (Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Libia y Afganistán) y analiza su materialización en una aproximación a 360º a la seguridad de la Alianza. La idea fuerza es que es necesario un enfoque que optimice los esfuerzos de la OTAN para promover la estabilidad en el área euroatlántica y, al mismo tiempo, posibilite el renovado énfasis en la Defensa Colectiva. Los principales retos de la Alianza son mitigar las acciones de Rusia en el este y la expansión de China, en un entorno operativo caracterizado por líneas de conflicto difusas del conflicto y el giro de Estados Unidos hacia el pacífico
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