La figura de la coordinación parental, recientemente introducida en España, en donde la tasa de divorcios, separaciones y nulidad matrimonial es, cada vez, más alta y preocupante, tiene por objeto auxiliar y cooperar con los Juzgados y Tribunales, así como con las familias, para implementar las medidas acordadas en las resoluciones judiciales, al mismo tiempo que tratan de pacificar situaciones de alta conflictividad; todo ello, con objeto de proteger el bien jurídico superior de este tipo de procedimientos: el interés del menor. En efecto, tras la inoperatividad e ineficacia, en algunos casos, del resto de herramientas puestas a disposición de nuestros Juzgados y Tribunales (Puntos de Encuentro Familia, servicios sociales o terapias psicológicas o psiquiátricas), el coordinador se presenta como el último recurso al que acudir. No obstante, la falta de un marco regulatorio estatal, la disparidad de opiniones doctrinales y la existencia de resoluciones jurídicas contradictorias, nos suscitan numerosos interrogantes e incógnitas sobre la naturaleza jurídica, alcance de las funciones, potestades y obligaciones de los coordinadores parentales, así como la vinculación y ejecutividad de sus decisiones que, con objeto de evitar una indeseable inseguridad jurídica, deberán ser resueltos, con urgencia y previa consulta del conjunto de agentes sociales y especialistas en la materia, por el legislador español.
The legal concept of parental coordination, recently introduced in Spain, a country in which the increasing rate of divorces, separations and marriage annulments is reaching worrying levels, is designed to encourage cooperation among courts and tribunals, to support the families involved in implementing the measures agreed in the judicial decisions and to pacify conflict-ridden situations; all with a view to protecting the foremost legal right of this type of procedure, namely the best interests of the minor. In this regard, when in some cases the remaining tools made available to Courts and Tribunals (Family Meeting Points, social services and psychological or psychiatric therapies) are shown to be unworkable or ineffective, the coordinator is presented as a last resort. However, the lack of a state regulatory framework, the disparity of earlier case law and the existence of contradictory legal decisions raise many questions and doubts as to the legal nature, functional scope, powers and obligations of parental coordinators, as well as the enforceability of their decisions, which, in order to avoid undesirable legal uncertainty, must be resolved on an urgent basis by Spanish lawmakers after consulting all the social agents and specialists in the matter.
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