La degradación cotidiana de las “ciudades dormitorio” suscita toda clase de iniciativas sobre el terreno, así como de discursos políticos. Pero la realidad de los hechos enmascara la de las palabras por las que se designa esta realidad. Y estas palabras están lejos de ser neutras. Así, la retórica de los “barrios difíciles”, dominante desde hace veinte años conlleva una visión del mundo en la que se difuminan las relaciones de dominio y la cuestión social, en beneficio de la ideología conservadora del orden establecido.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados