El presidente George Bush, a pesar de la oposición de buena parte de su opinión pública, ha anunciado la prosecución del compromiso militar en Irán. Y a pesar de –o a causa de– dificultades crecientes sobre el terreno, Estados Unidos podría sentirse tentado por la huída hacia delante y por una escalada contra Irán. Sin embargo, el estancamiento de su ejército confirma los límites de su poder. Algunos anuncian incluso un declive que podría estar marcado por sobresaltos similares a los del final del imperio británico.
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