Márgara Millán, José María Calderón Rodríguez, José Miguel Candia
Juan Carlos Marín, “Lito”, apareció un día por el CELA, a fines de los setenta, con untema controversial incluso actualmente: la lucha armada, la Guerra. Por esos añosera difícil establecer un acercamiento a la violencia revolucionaria sin caer en laapología, y al mismo tiempo sin renunciar a ella. Su trabajo intelectual mostraba, nocabe duda, conexiones políticas vivas. Intuíamos, me refiero a un pequeño grupo dejóvenes que solíamos charlar con “Lito” en comidas interminables, que no todasestas conexiones podían ser explícitas. Sentíamos su compromiso político. Discutíamoscon él a Clausewitz. Ese era “Lito”, un intelectual orgánico, que pensaba a profundidadel para qué del conocimiento. Lo recuerdo siempre con una sonrisilla medio socarrona,burlona frente a los academicismos.
Juan Carlos Marín, "Lito", appeared one day by CELA, in the late seventies with acontroversial issue even today: the armed struggle, the War. For those yearswas difficult to establish an approach to revolutionary violence without falling into theapology, while not giving it up. His intellectual work showed not undoubtedly, political connections alive. I sensed, I mean a small group ofyoung we used to chat with "Lito" in endless meals, not allthese connections could be explicit. We felt political commitment. Clausewitz discussed with him. That was "Lito" organic intellectual, thought to what depth of knowledge. I always remember with a sly smirk means, mocking face of academicism.
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