Mientras el crecimiento chino prosigue a un ritmo elevado, los movimientos de protesta no disminuyen, a pesar de la fuerte represión. Estas manifestaciones se desarrollan a menudo en las zonas rurales, en particular para protestar contra el éxodo de los campesinos. Si bien la agricultura ha escapado ampliamente a la modernización capitalista, la muchedumbre de emigrantes hacia las ciudades no es menos importante. Tras haber ignorado las condiciones de vida deplorables de estos trabajadores, el poder acaba de elaborar una nueva política social. No sin convulsiones.
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