Tenemos tendencia a identificar Internet con el medio de comunicación de la libertad absoluta, porque permite por fin a cada uno de nosotros –a condición de pertenecer a las categorías acomodadas del mundo rico– recibir información “a medida” y difundirla reenviando al planeta entero noticias y sobre todo comentarios personales. ¿Estamos verdaderamente ante el medio de comunicación ideal, que rompe los tentáculos de la propaganda y el dinero?
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