Discretamente, la compra de empresas francesas por parte de firmas belgas sigue aumentando. Nombres famosos, como el semanario L’Express, la cadena de restaurantes Hippopotamus, o el célebre cabaret parisino Crazy Horse, tienen ya un propietario belga. Esa tendencia casi imperceptible afecta a diversos sectores. Por el contrario, algunas grandes fortunas francesas aprecian los encantos fiscales del reino vecino.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados