Antonio Hernández (1772-1849) fue un vecino de Ojos Negros que empezó a trabajar en las minas de Sierra Menera a finales del siglo XVIII, siendo un niño. Sus conocimientos en la extracción del mineral, adquiridos a base de experiencia, le permitieron ascender hasta el puesto de mayoral o encargado de la explotación de los pozos de Setiles en 1817. Tenía un carácter inquieto y ambicioso, no exento del fácil enfrentamiento con sus convecinos. Hacia 1828 lo encontramos convertido en empresario, asociándose con el propietario de la fábrica de Santa Cristina (Carrascosa, Cuenca) para explotar conjuntamente minas y fundidora de hierro. Como empresario decidió arrendar por su cuenta las minas de Setiles -que conocía perfectamente por haber trabajado en ellas-, y no le importó asociarse con otras explotaciones mineras de la competencia para mantener altos los precios, lo que le generó muchos problemas.
Antonio Hernández (1772-1849) was a neighbor of Ojos Negros who began working in the Sierra Menera mines at the end of the 18th century, as a child. His knowledge in the extraction of the mineral, acquired on the basis of experience, allowed him to ascend to the post of mayoral or in charge of the exploitation of the wells of Setiles in 1817. He had a restless and ambitious character, not exempt from the easy confrontation with his neighbors. Towards 1828 we found him become an entrepreneur, associating with the owner of the Santa Cristina factory (Carrascosa, Cuenca) to jointly exploit mines and iron smelter. As an entrepreneur, he decided to lease the Setiles mines on his own –which he knew perfectly well from having worked on them- and he did not mind associating with other mining operations of the competition to maintain high prices, which caused him many problems.
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