A los gritos de “sucio extranjero, sucio turco” un diputado regional de origen turco ha sido atacado en Berlín el pasado 20 de mayo. Esta agresión simboliza la elevación del nivel de violencia racista, que, fuerte en el Este, no deja de manifestarse en el Oeste. Alemania, país de inmigración, no se reconoce sin embargo como tal. A pesar de los tímidos avances de la ley votada en 2000, su concepción cerrada de la “comunidad nacional” bloquea cualquier verdadera integración.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados