Es bien sabido que la arquitectura es un tipo muy específico de arte, de ciencia o de acto ético, porque los edificios, las ciudades y los territorios son artefactos físicos y sociales, no representaciones «virtuales », como sucede en el cine, en la literatura, etc. Mijaíl Bajtín era consciente de esta especificidad cuando afirmaba que la arquitectura, «toda la arquitectura», solamente tiene «sujetos estéticos potenciales», no «héroes estéticos reales».1 Sin embargo, estas cualidades específicas de la arquitectura no significan que «el proyecto arquitectónico virtual», es decir, un proyecto aún no construido, aún no usado, sea real. Por ejemplo, cuando los niños aprenden a «invertir» los objetos, descubren que un objeto, después de un giro completo, es el mismo. Este hecho básico es un elemento fundamental de toda la sabiduría matemática desarrollada por el hombre (en un mundo donde esto no fuera así, las matemáticas y los ordenadores serían totalmente diferentes, como ocurre en «los mundos mágicos virtuales»). Lo que sucede, pues, con los niños de 8 a 12 meses de edad es que empiezan a «invertirlo» todo y se hacen daño, y también pueden hacer daño a otros niños. Porque no todos «los objetos reales» se pueden invertir con facilidad: por ejemplo, un vaso de agua es un objeto real difícil de poner al revés.
It is widely known that architecture is a very specific kind of art, science or ethical act, because buildings, cities and territories are physical and social artifacts, not «virtual» representations as happens in cinema, literature, etc. Mikhail Bakhtin was aware of this specificity when he argued that architecture, «all architecture», has only «potential aesthetic subjects», not «actual aesthetic heroes»1. However, these specific qualities of architecture do not mean that «virtual architectural design», that is, a project not yet built, not yet used, is real. For instance, when children learn how to «reverse» objects they discover that an object after a complete turn is the same. That basic fact is a fundamental feature of all the mathematic knowledge developed by men. (In a world where this is not the case, mathematics and computers will be totally different, as we know happens in the «magic virtual worlds»). What happens then with children of 8 to 12 months of age is that they begin to «reverse» everything and they hurt themselves or they can hurt other children too. Because not all «real objects» can easily be reversed: For example a glass of water is a difficult real object to be turned upside down
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados