En Alemania, Volkswagen puede congelar los salarios y no pagar más que una parte de las horas extraordinarias chantajeando con la deslocalización de sus actividades. Peter Hartz, director de recursos humanos, ha preparado un plan de reducción de indemnizaciones y de subsidios de paro, retenido por el gobierno de Gerard Schröder hasta primeros de enero de 2005. Un programa próximo al de Jean-Pierre Raffarin con las disposiciones sobre la 35 horas y los despidos bajo presión de las multinacionales y de las instituciones internacionales, que saben cómo poder contar con el aval de expertos tales como Michel Camdessus, cuyos sucesivos fracasos no han puesto en cuestión su capacidad para aplicar medidas de regresión social.
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