En las últimas décadas estamos asistiendo al aumento gradual de la prevalencia de algunas enfermedades crónicas, junto al envejecimiento progresivo de la población.
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) hace hincapié en la mejora de la atención de enfermos en fase avanzada y terminal es uno de los retos que tiene planteados la Sanidad Española en la década de los 90.
Como dice Marcos Gómez Sancho ¨los modernos recursos de que dispone la Medicina han creado en los ciudadanos y también en los profesionales una especie de “delirio de inmortalidad” y han llevado al médico a confundir su vocación: se ha potenciado la misión “curativa” y se ha olvidado su auténtica misión, esto es, aliviar el sufrimiento humano¨ La muerte digna es el bien más preciado y un derecho que tenemos todos. Vivir con dignidad es un derecho, morir con dignidad también.
El Hospital, para morir, es un lugar inhóspito, tanto por su entorno: falta de intimidad, horarios rígidos… como por sus contenidos: tratamientos agresivos… Y esto, ha sido agravado por la pandemia de la Covid, donde además los pacientes no pueden estar con sus familiares y ven al personal sanitario envueltos en mascarillas, caretas protectoras…
In recent decades we have witnessed a gradual increase in the prevalence of some chronic diseases, together with the progressive aging of the population.
The Spanish Society for Palliative Care (SECPAL) emphasizes that improving the care of patients in advanced and terminal phases is one of the challenges facing Spanish healthcare in the 1990s.
As Marcos Gómez Sancho says ¨the modern resources available to medicine have created a kind of «delirium of immortality» in citizens and also in professionals, and have led doctors to confuse their vocation: the «curative» mission has been strengthened and their real mission, that is, to alleviate human suffering, has been forgotten¨.
Death with dignity is the most precious good and a right we all have. To live with dignity is a right, to die with dignity is also a right.
The hospital, for the dying, is an inhospitable place, both for its environment: lack of privacy, rigid timetables… and for its contents: aggressive treatments… And this has been aggravated by the Covid pandemic, where patients cannot be with their families and see the health personnel wrapped in masks, protective masks…
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