Carlos de Santisteban Bové, A. Ramos
Los depósitos del Jurásico Inferior en el sector suroriental del Sistema Ibérico han sido interpretados como materiales for- mados en una rampa carbonática (Gómez, 1979) y constituyen una amplia secuencia deposicional entre dos discordancias (Rética y Aaleniense) relacionadas con la expansión del Tetis hacia el oeste. En esta secuencia, que comprende desde el Hettangiense hasta el Toarciense, se han reconocido cuatro ciclos sedimentarios transgresivos-regresivos de tercer orden, controlados, además de por una subsidencia tectónica, por cambios eustáticos (Aurell et al. 2002). Los afloramientos de esta edad en el sector sur del Sistema Ibérico, en el Valle del Turia, muestran que lejos de una sedimentación tranquila, se desa- rrolló una intensa actividad tectónica que conllevó al colapso extensional de la plataforma continental. Se produjo durante el Sinemuriense – Pliensbachiense, y está registrado en los depósitos de las formaciones Cuevas Labradas y Barahona, que fosilizan un conjunto de bloques fracturados y fosas tectónicas asociados a un sistema de fallas lístricas que despega en las evaporitas triásicas del Keuper, similar a los modelos experimentales de Ellis y McClay (1988). Todo el sistema está fosili- zado pasivamente por los materiales de la Formación Turmiel cuyo contacto inferior representa una superficie de inundación en un ambiente marino moderadamente profundo.
The Lower Jurassic deposits in the southeastern sector of the Iberian System have been interpreted as materials formed in a carbonatic ramp (Gómez, 1979) and constitute a wide depositional sequence between two unconformities (Rhaetian and Aalenian) related to the expansion of the Tethys towards the west. In this sequence, which ranges from Hettangian to Toar- cian, four transgressive-regressive third-order sedimentary cycles have been recognized, controlled, in addition to tectonic subsidence, by eustatic changes (Aurell et al. 2002). The outcrops of this age in the southern sector of the Iberian System, in the Turia Valley, show that, far from calm sedimentation, an intense tectonic activity led to the extensional collapse of the continental shelf. It was developed during the Sinemurian - Pliensbachian, and is recorded in the deposits of the Cuevas Labradas and Barahona formations, which fossilize a set of fractured blocks and grabens associated with a listric fault sys- tem detached on the Triassic Keuper evaporites, similar to the experimental models of Ellis and McClay (1988). The entire system is passively fossilized by the Turmiel Formation deposits whose bottom contact represents a flood surface in a deep marine environment.
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