En la Latinoamérica de los años setenta apenas había editoriales dirigidas al mundo infantil. Este era el caso de Venezuela en donde los niños no encontraban referentes de su entorno ni en las palabras ni en las imágenes de los libros. La editorial Ekaré nacía para revertir esa situación. Su primera colección Narraciones indígenas fue toda una declaración de intenciones. Y al tiempo que editoriales de otras latitudes se interesaban por esta producción, Ekaré traducía al castellano a grandes creadores internacionales del álbum ilustrado. A partir del 2000, esta editorial arraigará también en Chile y en España.
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