Esta revisión resume las intervenciones farmacológicos y psicosociales que han sido llevadas a cabo en trastornos de ansiedad con un diagnóstico comórbido de trastorno por uso de sustancias y además proporciona recomendaciones clínicas respecto de cuáles elementos de intervención son útiles para hacer frente a los síntomas del uso de sustancias y los síntomas de ansiedad en pacientes con estas afecciones concurrentes. Se utilizó la mejor evidencia de ensayos controlados aleatorizados para evaluar las opciones de tratamiento. La fuerza de las recomendaciones se describió mediante el enfoque GRADE. Hay ensayos clínicos disponibles únicamente para el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y para el trastorno de ansiedad. En cuanto al diagnóstico comórbido de trastorno por uso de sustancias, todos los estudios han incluido pacientes con consumo de alcohol, ninguno de ellos ha abordado el consumo de cocaína, cannabis o nicotina Aunque algunos tratamientos han mostrado beneficios para los síntomas de ansiedad sin beneficios para el consumo de alcohol u otras sustancias, solo se han ensayado enfoques farmacológicos limitados (sertralina, desipramina, paroxetina, buspirona, naltrexona y disulfiram). Nuestros resultados sugieren que 1) podemos (débilmente) recomendar el uso de desipramina sobre la paroxetina para aliviar los síntomas de ansiedad en pacientes con un TEPT y consumo de alcohol; 2) en estos pacientes, el uso de naltrexona para reducir los síntomas de ansiedad es también recomendable (fuerza débil); y 3) se pueden recomendar antidepresivos ISRS frente a placebo para reducir el consumo de alcohol (recomendación débil). Nuestra revisión pone de relieve la necesidad de realizar más investigaciones en esta área y de estudios más grandes, multisitio con muestras generalizables para proporcionar evidencia más definitiva para la práctica clínica.
This review synthesizes the pharmacological and psychosocial interventions that have been conducted in comorbid anxiety disorders and SUDs while also providing clinical recommendations about which intervention elements are helpful for addressing substance use versus anxiety symptoms in patients with these co-occurring conditions. The best evidence from randomized controlled trials was used to evaluate treatment options. The strength of recommendations was described using the GRADE approach. Clinical trials are only available for posttraumatic stress disorder (PTSD) and for social anxiety.
Concerning the comorbid substance use, all the studies have included patients with alcohol use, none of them have dealt with cocaine, cannabis or nicotine use. Although some treatments have shown benefit for anxiety symptoms without benefits for alcohol or other substance use, only limited pharmacological approaches have been assayed (sertraline, desipramine, paroxetine, buspirone, naltrexone and disulfiram). Our results suggest that 1) we can (weakly) recommend the use of desipramine over paroxetine to alleviate symptoms of anxiety in patients with a PTSD and alcohol use; 2) In these patients, the use of naltrexone to reduce symptoms of anxiety is also recommended (weak strength); and 3) SSRI antidepressants vs placebo can be recommended to reduce alcohol use (weak recommendation). Our review highlights the need for more research in this area and for larger, multisite studies with generalizable samples to provide more definite guidance for clinical practice.
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