El presente trabajo tiene por objetivo principal reconstruir la trayectoria y contribución de un grupo de profesores europeos que inmigraron al Ecuador entre 1934 y 1941 para apoyar un proyecto estatal de progreso basado en la enseñanza de las ciencias exactas y afines. El Estado ecuatoriano había intentado implementar este proyecto desde mediados del siglo XIX, centrando gran parte de sus esfuerzos en contratar a profesionales extranjeros para universidades y otras instituciones en las que prestarían sus servicios profesionales, pero los problemas económicos y políticos del país condicionaron el avance de este proyecto.
En el periodo que estudiamos, las condiciones para la llegada de un grupo de profesores europeos fueron posibles. La Ley de Extranjería de 1921 y las leyes de Extranjería, Extradición y Naturalización de 1938 y 1940 privilegiaron a los “hombres de ciencia y arte” que el Estado ecuatoriano necesitaba y permitieron su entrada y permanencia en el país. Por otra parte, las primeras décadas del siglo XX serán de particular importancia para el desarrollo de este plan, debido a que los conflictos europeos expulsaron a cientos de profesores que dejaron sus puestos de trabajo por razones vinculadas a la persecución política o racial, las crisis económicas, políticas y conflictos bélicos, y que obtuvieron contratos en América Latina, viviendo así “múltiples exilios”.
Se analizará el proyecto que basaba el progreso material en el desarrollo de la enseñanza en ciencias exactas y afines, así como en la creación de institutos, escuelas superiores y facultades dedicadas a este fin y su posterior clausura, por falta de fondos y de profesores calificados para dictar estas clases. Se reconstruirá cómo las leyes de extranjería facilitaron la entrada de estos “inmigrantes” privilegiados por su utilidad y cómo durante las primeras décadas del siglo XX no solo aceptaran las propuestas del Estado ecuatoriano sino que solicitaran puestos de trabajo en el país por las difíciles condiciones en Europa. Este artículo presenta conclusiones preliminares sobre la contribución que este grupo de “inmigrantes” realizó cuando se integró al cuerpo docente, primero de la Escuela Superior de Minas de Cuenca, un proyecto de carácter nacional que buscó formar ingenieros en minas y profesionales afines para explotar las supuestas riquezas del subsuelo ecuatoriano que debía ser estudiado a profundidad, un trabajo del que se encargarían los profesionales formados por profesores calificados. Cuando esta institución fue clausurada estos docentes pasaron a formar parte de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cuenca, reorganizada en 1939 con el plan de estudios de la Escuela Superior. Para la década de 1940 se unieron otros europeos que huyeron de sus países de origen por las persecuciones políticas o raciales. Este grupo de profesores contratados por el Estado contribuyeron a la consolidación de un viejo anhelo de la Universidad de Cuenca y de la región sur, que era, además, parte de un anhelo que databa de mediados del siglo XIX: un centro de estudios para la enseñanza de las ciencias exactas y afines que formara a profesionales ecuatorianos.
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