Toda sociedad se funda en la complementariedad de sus componentes, en la que cada uno ha cedido un poco de sus libertades a un organismo que le permita contar con ciertas condiciones de vida que por sí solo no podría generar: este organismo es el Estado. Al Estado le hemos entregado nuestras libertades, nuestro poder, facultándole para que en nuestro nombre nos brinde los servicios de seguridad, desarrollo y justicia. Al Estado le hemos delegado funciones de promoción del desarrollo en nuestras localidades, organizándonos, representándonos, dirigiéndonos con ideales que posibiliten cada vez más prosperidad para todos.
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