Resumen: En Argentina, la articulación de la participación en los Juegos Olímpicos como una forma de lo que posteriormente se llamaría diplomacia cultural se remonta a principios del siglo pasado. Sin embargo, la idea de que esa participación era capaz de proyectar globalmente el desarrollo del país recién se consolidó durante los años veinte. Este artículo argumenta que los motivos que propiciaron ese cambio, en poco menos de dos décadas, fueron el afianzamiento del deporte, el contexto económico y las transformaciones políticas, el establecimiento de burocracias deportivas, las nuevas formas de internacionalismo y la política exterior argentina. Asimismo, este artículo apunta que la incipiente diplomacia cultural deportiva argentina fue promovida por la sociedad civil, estuvo influenciada por los vaivenes del universo deportivo nacional y parece haber fomentado los resultados esperados.
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