La Declaración se enfoca al establecimiento de políticas que permitan aprovechar la relación entre el turismo y los sitios culturales y naturales. Las características naturales y culturales tanto en México como en América Latina y El Caribe obligan a las autoridades nacionales, locales, estatales y federales, a colaborar junto con el sector privado y el ciudadano a fin de preservar el entorno social y ambiental de la región. Al ocupar un territorio, las comunidades han construido un patrimonio cultural. El conocimiento de las prácticas socioculturales a través del turismo requiere de una gestión que las conserve tanto en beneficio de las poblaciones originarias y locales, como de los visitantes, nacionales y extranjeras. En el documento se recomiendan distintas medidas para incentivar dicha colaboración que debiera construirse en beneficio de un patrimonio no sólo local sino que afecta la identidad de las naciones.
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