En la primera década del siglo XIX la sociedad Española se definía e identificaba con el concepto y estructuras del Antiguo Régimen, es decir, una sociedad aristocrática, de base campesina y ordenada jerárquicamente según los estamentos. Aproximadamente en esos años, nacía en las liberales Cortes de Cádiz nuestro sistema educativo, al reservar, en su Constitución, un papel determinante a la educación pública, y al determinar la obligatoriedad de establecer escuelas de primeras letras en todos los pueblos, así como la necesidad de uniformar la enseñanza en todo el reino. Se diseñaba, de esta manera, nuestro sistema educativo sobre la base de una de una instrucción elemental uniforme, pública, gratuita, libre y universal,-universalidad que contemplaba solo a varones-, pero que adquiría diferente significado en los niveles educativos posteriores. En 1814, la presencia en el trono español de Femando VII supuso la marcha atrás del proceso político iniciado en Cádiz, pero ya se hizo imparable el fenómeno de fondo que caracterizó esos años a la sociedad española y que llevó a la sustitución de la antigua sociedad estamental por la sociedad clasista que caracterizaría a la España decimonónica, donde la educación jugó un papel determinante en dicha configuración.
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