Resumen de Mejor que ficción. Crónicas ejemplares/Antología de crónica latinoamericana actual. Jorge Carrión (ed.) Anagrama, Barcelona, 2012 434 pp.
En este contexto, el compilador elude con elegancia lo que podría ser la mayor preocupación a la hora de elaborar una antología de crónica latinoamericana para el lector español: cómo hacer que estas historias extrañas conecten con un lector europeo, desconocedor de la diversidad cultural latinoamericana y despreocupado en muchos casos por su realidad social y especialmente por el testimonio de lo marginal que la crónica representa, citando como criterio rector de la antología la siguiente afirmación de Martín Caparrós: 'La magia de una buena crónica consiste en conseguir que un lector se interese en una cuestión que, en principio, no le interesa en lo más mínimo' (p. 32). De este modo, el lector encontrará textos insólitos sobre los Hitlers uruguayos (de Leonardo Haberkorn) o sobre el pueblo con mayor índice de gemelos del mundo (de Juan Pablo Meneses), sobre el colombiano más bajito (de Andrés Sanín) o sobre los fugaces enamoramientos entre los reclusos de una cárcel (José Alejandro Castaño), sobre las joyas del golpe (Pedro Lemebel) o la biblioteca de Pinochet (Cristóbal Peña), la historia de un peculiar librero peruano (Toño Angulo Daneri) o la del mago de una sola mano (Leila Guerriero), pero también textos idiosincráticos de sabor local como una entrevista excéntrica con Pablo Escobar (de Juan José Hoyos) o una aproximación escéptica al carnaval de Río (Martín Caparrós), el relato sobre el peculiar estilo de un alcalde mexicano (Diego Enrique Osorno), crónicas sobre el reinado de la Inca cola (Daniel Titinger y Marco Avilés) y el ron (Mario Jursich Durán), la lucha libre (José Navia) y, de manera más general, sobre boxeadores y ciclistas que pierden, sobre héroes del espectáculo desde Gloria Trevi, Lucho Gatica o Carlos Gardel a los Rolling Stones, sobre delincuentes de diversa calaña (en textos de Juan Manuel Robles y Cristián Alarcón) o sobre personajes literarios como Jorge Luis Borges, Cesare Pavese, Enrique Raab o Carlos Monsiváis (es un acierto que el ya desaparecido padre de la crónica contemporánea en México tenga una presencia en el volumen a través de una crónica de Fabrizio Mejía). Ambos libros destacan el vínculo de la crónica con el New Journalism norteamericano (con autores como Gay Talese, Tom Wolfe, Hunter S. Thompson). Sería una pena que en el viaje trasatlántico de la crónica - y en su creciente presencia internacional - se perdiera de vista ese importante papel, que está relacionado con su difusión no sólo en las flamantes revistas de crónica que han aparecido en los últimos años, sino en los diarios, donde desde hace décadas viene ocupando ese espacio significativo pero marginal, poniendo la marginalidad en el centro.
