Es reseña de:
El libro de las Ideas
Ana Franco Ortuño
México, 2012
Sin embargo, en la primera página del texto a la que nos asomamos, encontramos la sección «Antiepígrafes I» (seguida luego por «Antiepígrafes II») y, en la segunda, el poema «Oración de la deconstruida»: antiepígrafe, deconstruir: voces negativas, que sugieren una dimensión irónica, o un sentido oculto, en aquellas ideas puras, majestuosas, del título. Pero, al mismo tiempo, y en una nueva contradicción, su sobresaltado itinerario -su viaje odiseico- se dispone como un círculo perfecto, sin principio ni final, del que acaso sea trasunto el uróboros de «Mínimo bestiario», cuya forma fija es también «línea de silencios// distancia que nos enrosca»: de nuevo, círculo y línea, lejanía y cercanía, continuidad y separación. Sin embargo, la indagación en el hecho lingüístico que se verifica en el hecho poético no es, en El libro de las ideas, un mero ejercicio de ideas, sino también una pesquisa existencial.
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