El consumo de electricidad comprenderá una parte cada vez mayor de la demanda mundial de energía durante las próximas dos décadas. En los últimos años, el aumento de los precios de los combustibles fósiles y las preocupaciones sobre las consecuencias ambientales de las emisiones de gases de efecto invernadero han renovado el interés en el desarrollo de recursos energéticos alternativos. En particular, el accidente de Fukushima Daiichi fue un punto de inflexión en la demanda de fuentes de energía alternativas. La energía renovable ahora se considera una fuente de combustible más deseable que la energía nuclear debido a la ausencia de riesgos y desastres. Teniendo en cuenta que el principal componente de los gases de efecto invernadero es el dióxido de carbono, existe una preocupación mundial por la reducción de las emisiones de carbono. En este sentido, podrían aplicarse diferentes políticas para reducir las emisiones de carbono, como mejorar el despliegue de energía renovable y fomentar las innovaciones tecnológicas. Se pueden implementar dos soluciones principales para reducir las emisiones de CO2 y superar el problema del cambio climático: reemplazar los combustibles fósiles con fuentes de energía renovables tanto como sea posible y mejorar la eficiencia energética. En este documento, discutimos tecnologías alternativas para mejorar el despliegue de energía renovable y la eficiencia del uso de energía.
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