Es reseña de:
Los sinsabores del verdadero policía
Roberto Bolaño
Barcelona : Anagrama, 2011
Por lo que se refiere a la segunda, Los sinsabores del verdadero policía, sin entrar en valoraciones sobre la operación de rescate postumo de la obra inédita de Bolaño, es una especie de work in pro- gress, la suma de una serie de apuntes que formaban parte de un proyecto del chileno y que fueron aparcados e incluso, con el tiempo, incorporados en mayor o menor medida a su universo narrativo, sobre todo a su indiscutible «novela to- tal», 266'6. Que, en el prólogo del libro, Juan Antonio Masóliver Rodenas sostenga la adscripción del relato al canon novelístico no deja de ser una voluntaria reafirmación de lo que a todas luces se presta, como poco, a cierto debate sobre algo tan delicado a la par que sugerente: la mítica de un corpus creativo de fuste, que también incluye, no lo olvidemos, ensayo, cuentos y poesía. Porque Los sinsabores del verdadero policía, cuyo título tan poco afín al gusto de Bolaño fue no obstante de su propia invención, tal como atestiguan quienes bien lo conocían, repite a menor escala el esquema conceptual de 2666 o Los detec- tives salvajes, ya que se distribuye en par- tes relativamente independientes, cinco en total, que evolucionan siguiendo una leve línea cronológica. Cada parte puede incluir a su vez diversas variaciones es- tructurales, lo cual favorece una especie de «transgénero» que le permite asimilar con comodidad novela, anécdota, relato corto, poemas, sinopsis arguméntales de autores apócrifos, bellísimas transcrip- ciones epistolares - uno de los grandes hallazgos de la novela - , y, en general, esas historias que nos remiten a otras y a su vez cuentan una tercera donde más que la introspección triunfa el placer por la superposición de lances casi folletinescos, algo así como un recuento de datos, terreno en el que el escritor se mueve con absoluto dominio actuando por acumulación argumentai.
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