La célebre frase «¡Es la economía, estúpido!» fue un eslogan creado por James Carville, asesor del presidente Bill Clinton durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 1992, que se ha hecho famoso por resaltar el peso que la economía tiene en las decisiones de los votantes, en detrimento de otros asuntos como la política exterior. En el caso de la invasión rusa de Ucrania, a tenor de lo ocurrido en las primeras fases de la ofensiva, cabría parafrasearla diciendo «¡Es la logística, estúpido!», porque todo parece indicar que una de las claves del fracaso inicial de la ofensiva radica precisamente en un sostenimiento más que deficiente
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