La colonia del Sahara fue la última del inmenso imperio que España inició, en 1492, con el descubrimiento y conquista del Centro, Sur y parte de Norteamérica y finalizo con el abandono del Sahara en febrero de 1976. La ocupación de este territorio y su posterior desarrollo se califica de insólito, palabra que se repite con frecuencia a medida que se explican los diferentes acontecimientos de su historia, ya que su ejecución tuvo unas características muy especiales. España, que tuvo tantas posesiones, no supo irse cuando, con su evolución, estaban preparadas para ser independientes, lo que produjo guerras, rencor y, a veces, odio hacia la Madre Patria
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