Unir la teoría y la práctica es un tema que para muchos es desalentador, desafiante e incluso aburrido. Este artículo pretende romper paradigmas por medio de la reflexión del quehacer pedagógico en las aulas de clases, y así encontrar la manera ideal y efectiva para que la práctica y la teoría sean articuladas a la formación del profesorado en la vida académica y laboral. A lo largo del artículo se desarrollan algunas estrategias como la formación exigente de los estudiantes de licenciatura en diferentes áreas, una libertad para ejercer el quehacer pedagógico, la evaluación constante de ese quehacer pedagógico para todos los docentes, la elección de asignaturas o contenidos por parte de los estudiantes de acuerdo a sus capacidades, intereses y contextos; y una evaluación teórico-práctica donde se refleje el auto control, los hábitos de trabajo, la responsabilidad, la organización y la iniciativa propia.
Unir la teoría y la práctica es un tema que para muchos es desalentador, desafiante e incluso aburrido. Este artículo pretende romper paradigmas por medio de la reflexión del quehacer pedagógico en las aulas de clases, y así encontrar la manera ideal y efectiva para que la práctica y la teoría sean articuladas a la formación del profesorado en la vida académica y laboral. A lo largo del artículo se desarrollan algunas estrategias como la formación exigente de los estudiantes de licenciatura en diferentes áreas, una libertad para ejercer el quehacer pedagógico, la evaluación constante de ese quehacer pedagógico para todos los docentes, la elección de asignaturas o contenidos por parte de los estudiantes de acuerdo a sus capacidades, intereses y contextos.
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