Sócrates identi ca el bien con la sa- biduría; la moralidad, per se, es pro- pia de aquellos que han vivido y que en vida han perecido; los sabios. La moralidad se convierte entonces en una suerte de hombre sabio. Hay que vivir para conocer el bien y con ello irrumpir con el mal. Por su naturaleza, la maldad existe en una perfecta sincronía, dentro de una bata- lla eterna, con la bondad. “Nadie nace con moral”, plantea Sócrates, ergo, no exime al hombre de la responsabilidad de cometer o hacer el mal, sin embargo, esto no es más que un indicador de que no se ha adquirido la sa- biduría necesaria, porque, en dado caso, y según Sócrates, se buscaría evitar a toda costa la maldad. El conocimiento es sabiduría y la sabiduría conocimiento, entonces: ¿es el bien el conocimiento y el mal la ignorancia?
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