Este ensayo revisa la famosa primera iluminación de los Evangelios de Soissons para argumentar que la perspectiva -a la vez espacial y soteriológica- que la imagen ofrece a su espectador forma parte de la tentativa más amplia, deliberadamente perseguida en formas visibles y materiales opulentas, de plasmar la ordinatio adecuada de los valores mundanos y religiosos. Al posicional al espectador en relación con el manuscrito en su conjunto, la miniatura lo sitúa pictórica e imaginariamente en el pórtico de un templum carolingio que es también un tesauro:
una estructura sagrada, construida ex professo para la producción y conservación de valores soteriológicos. La carga soteriológica de la evidente riqueza material y estética del manuscrito se tematiza específicamente, según sugiero, en las páginas pintadas que abren el Evangelio de Mateo.
This essay revisits the Soissons Gospels’ famous first painting to argue that the perspective—at once spatial and soteriological—the image offers its beholder is part of a larger attempt, deliberately pursued in opulent visible and material forms, to enact the proper ordinatio of worldly and religious values. Orienting the beholder in relation to the manuscript as a whole, the painting pictorially and imaginatively situates them within the portico of a Carolingian templum that is also a thesaurus: a sacred structure, purpose-built for the production and preservation of soteriological value. The soteriological charge of the manuscript’s overt material and aesthetic richness is, I suggest, pointedly thematized in the painted pages that open Matthew’s Gospel.
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