En la Unión Europea, casi el 50% del consumo de energía final se destina a calefacción y refrigeración, y a su vez el 45% se consume en el hogar. Es por tanto una pieza clave para alcanzar los objetivos climáticos y de descarbonización establecidos por la UE. La Comisión Europea ha integrado en los planes de acción nacionales de energía y clima de los Estados miembros objetivos para un uso más inteligente y sostenible de la calefacción y la refrigeración en nuestros hogares, en los que el gas es una alternativa viable en el camino a la descarbonización.
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