El barítono Renato Bruson, famoso por su intachable línea de canto, supo esperar su momento. Un momento que luego ha durado décadas. En 1961 comenzó su actividad en Spoleto con El trovador, cuyo Conde de Luna -pronto arrinconado- es una de las pocas partes en las que no ha dejado huella. En 1972 debutó en La Scala, en Linda di Chamounix. Su presentación en el Covent Garden tuvo en 1975, en Un ballo in maschera (su posterior Luisa Miller también está en los anales). En 1982, en Los Angeles y de la mano de Carlo Maria Giulini, incorporó a su repertorio Falstaff. Dicha actividad fue alternada con otras muchas actuaciones en su feudo de la Staatsoper de Viena (Don Carlo, Otello, Chénier, Stiffelio, Traviata) y algunas en el Metropolitan de Nueva York.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados