La catarata diabética se debe a: La dificultad en la captación y utilización de la glucosa. Las bruscas variaciones en la tensión osmótica cristaliniana. Al déficit en la secreción del humor acuoso. Pero sin embargo hasta el momento no se sabe cual de estos factores es el más importante en la patogenia. En los casos más frecuentes de cataratas seniles en el diabético, no se puede atribuir a la diabetes, con certeza, más que un papel desencadenante. El tratamiento de la catarata diabética es el quirúrgico habitualmente (insistiendo en la prolilaxis de las infecciones y de las aún más frecuentes complicaciones hemorragicas), pero comprende también un aspecto profiláctico ya que el estricto control de la diabetes puede impedir la aparición (e incluso a veces lograr la regresión) de una catarata diabética verdadera.
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