Se presenta el caso de un paciente diagnosticado de esclerosis en placas, que presentó conjuntamente con otras alteraciones neurológicas y neuro-oftalmológicas, un síndrome de Claude Bernard-Horner. Se insiste en lo escasamente características que son en la esclerosis en placas las alteraciones pupilares, destacando la rareza con que el síndrome de Horner aparece en estos casos. Se destaca asimismo el resultado de la prueba de colirios realizada en el paciente, señalando el elevado interés semiológico, pero el escaso valor localizador del nivel de la lesión, que tiene la prueba en estos casos.
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