En el presente trabajo se analizan de manera crítica los axiomas sobre los que se apoya el modelo de enfermedad cerebral de la adicción: i) es una enfermedad, ii) está determinada genéticamente, iii) se desarrolla irremediablemente por las drogas, iv) se explica por el valor que se otorga a la recompensa, y v) se mantiene por evitación de la abstinencia. Se sostiene que, a la luz de los hallazgos científicos y bajo el prisma del sentido común, cada uno de sus axiomas resulta falsable. Se discute sobre la idea -habitualmente sostenida- de que autoadministrarse droga, comer un exceso de comidas palatables o jugar persistentemente a videojuegos produce una enfermedad incurable en las personas porque sus cerebros sufren cambios irreversibles tras la ejecución repetida del hábito. Posteriormente, se deconstruye la definición clásica de la adicción como enfermedad crónica y recidivante analizando los datos epidemiológicos sobre la supuesta cronicidad y recidiva, aportando evidencias de la recuperación como, de hecho, el curso espontáneo más probable. Finalmente, y como hilo conductor de todo el trabajo, se propone el enriquecimiento ambiental como enfoque terapeútico y precursor del cambio de paradigma. Se concluye aportando ideas sobre la necesidad de construir un mejor modelo biopsicosocial que optimice sustancialmente la respuesta asistencial que se ofrece a las personas que han desarrollado una adicción.
This paper critically analyses the axioms on which the brain disease model of addiction rests: i) it is a disease, ii) it is genetically determined, iii) it is irretrievably developed by drugs, iv) it is explained by the value placed on reward, and v) it is maintained by abstinence avoidance. It is argued that, in the light of scientific findings and under the prism of common sense, each of its axioms is falsifiable. The commonly held idea that self-administering drugs, eating an excess of palatable foods or persistently playing video games produces an incurable disease in people because their brains undergo irreversible changes after repeated performance of the habit is discussed. Subsequently, the classical definition of addiction as a chronic and relapsing disease is deconstructed by analysing the epidemiological data on the supposed chronicity and relapse, providing evidence of recovery as, in fact, the most probable spontaneous course. Finally, and as a common thread throughout the paper, environmental enrichment is proposed as a therapeutic approach and a precursor of the paradigm shift. It concludes with ideas on the need to build a better biopsychosocial model that substantially optimises the care response offered to people who have developed an addiction.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados