Helena Vales-Villamarín Navarro
La empresa de “Intendencia, Pacificación, Reducción y Población de la Costa delSeno Mexicano” fue encomendada el 31 de Mayo de 1748 a don José de Escandón y Helguera,conde de Sierra Gorda. Se trató de una empresa mixta, pública y privada, el Estado se apoyabaen una acción empresarial particular que tendió a sostener con recursos propios un proyectocolonizador que procuraba el desarrollo económico, político y social de la naciente colonia, altiempo que conseguiría la pacificación y evangelización de la zona. El proceso se realizó conla orden misionera franciscana de las provincias del Santo Evangelio de México y del ColegioApostólico de San Pedro y San Pablo de Michoacán. Aún cuando había interés por parte delas órdenes religiosas en este proceso misional, no era posible porque no había instrucciónde la corona. Tuvo que pasar cerca de un siglo para que, por conducto del virrey de la NuevaEspaña, el monarca diera su autorización en 1747 y por decreto, al teniente coronel don Joséde Escandón, para que realizara el reconocimiento y pacificación del territorio, aunque con laprotesta franciscana por entender que tenían distintos objetivos.
Don Jose de Escandon y Helguera, Count of Sierra Gorda was appointed on May31, 1748 to carry out the ‘Supervision, Pacification, Conquest and Population of the MexicanPeninsula Coast’. The project had both public and private funding, and the state lent its ownresources to these kinds of private business initiatives, by which a private company bore themain financial burden for a colonizing project aimed at the economic, political and social developmentof the newly-founded colony, as well as establishing peace in the area and convertingthe natives. The Franciscan missionary order was made responsible for the project in theprovinces of the Santo Evangelio of Mexico and the Apostolic College of San Pedro and SanPablo de Michoacan. The religious orders had shown interest in this missionary process sincecolonization began, but nothing could be done without direct orders from the crown. It was notuntil 1747, almost a century later, that the monarch, through the viceroy of New Spain, gavehis authorization and decreed that Lieutenant Colonel Don Jose de Escandon should carry outthe reconnaissance and pacification of the territory, although the Franciscans protested, feelingthat their objectives were somewhat different.
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