La leyenda del gran tenor francés Guillaume Ibos se sustenta sobre un trípode que la hace francamente interesante. Fue creador en París, y recreador constante, del personaje de Werther; estuvo ligado mediante una fraternal amistad a Jules Massenet, al que conoció por mediación de Ambroise Thomas (por entonces director del Conservatorio); ocupa una curiosa posición de engarce dentro de la encrucijada de la historia del canto. Además, durante muchos años fue el decano de los artistas de la Ópera de París.
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