La Armada, ¿Institución Voraz¿ que en ciertas circunstancias, tales como largas navegaciones o en las escuelas donde se forma y socializa a los nuevos miembros, merece más el calificativo de ¿Institución Total¿, presenta e n la a ctualidad un im portante reto: la asim ilación, c oherente c on s u lógica s ociocultural interna, del cambio radical que supone el actual proceso de profesionalización. En el presente artículo se tratan de repasar los principales medios, ampliamente legitimados, de que dispone la Institución para lograr uno de sus más importantes fines: un elevado grado de motivación e implicación de todos aquellos individuos que han de dar contenido y consistencia al aparato institucional. Tras este intrincado sistema de premios y castigos subyacen muchos de aquellos valores sobre los que se asienta una ética institucional, expresión de un ideal al que deben acercarse las conductas y convicciones de aquellos que constituyen la realidad material de la Institución.
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