Su pasión por educar y sus ansias por cambiar el mundo -en el colegio, en el pueblo, en la innovación pedagógica o en la defensa de la escuela pública- le hacen vivir el oficio de maestra con excepcional dedicación e intensidad. Aunque los ánimos de María Ángeles Llorente siguen intactos, su cuerpo le envió una señal de alarma que le ha servido para hacer un alto en el camino. "En la educación -señala Llorente- siempre has de volver a empezar".
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