Una de las características más importantes de la geología de la República Dominicana es la acreción de unidades tectónicas, o terrenos s.l., compuestas por una gran variedad de rocas ígneas y sedimentarías de edad Jurásica y Cretácica. En las rocas deformadas y metamorfizadas Mesozoicas que constituyen la Cordillera Central Dominicana, se han identificado cinco series ígneas principales: metabasaltos de intraplaca oceánica, metabasaltos de dorsal intraoceánica, toleitas de arco isla, boninitas y metabasaltos de cuenca tras arco. Los metabasaltos relacionados con apertura oceánica pueden haber sido formados durante la creación del proto-Caribe, cuando el bloque de Yucatán fue separado del borde septentrional de Sudamérica durante el Jurásico Superior-Cretácico Inferior. Los metabasaltos intraplaca oceánica tienen una distribución plana de tierras raras y son composicionalmente similares a los plateaux oceánicos Pacíficos derivados de una pluma mantélica de edad Cretácico Inferior. Las rocas del Cretácico Inferior relacionadas con subducción son tanto metabasaltos de cuenca tras arco, boninitas y toleitas de arco isla relativamente empobrecidas en tierras raras. Estos datos proporcionan restricciones geoquímicas en el desarrollo tectónico del borde septentrional de la placa Caribeña. Como consecuencia, se presenta un modelo tectonomagmánico para el segmento Dominicano del Caribe durante el Cretácico Inferior.
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