La proliferación de noticias falsas en redes sociales ha incrementado la preocupación social y política sobre los riesgos que estas pueden ocasionar en una democracia cada vez más digitalizada. Pese a que el Derecho penal parecía quedarse relegado a un segundo plano, lo cierto es que en los últimos años se observa un aumento en la preocupación doctrinal sobre cuál debería ser su grado de intervención al respecto. En consecuencia, se pretende profundizar acerca de la situación actual del ordenamiento jurídico-penal en relación con dicho fenómeno, al mismo tiempo que se reflexiona sobre si es necesario una futura regulación que recoja los efectos que a este desafío tecnológico se le atribuyen. Todo ello en aras de advertir en qué medida principios garantistas básicos de este ordenamiento podrían verse vulnerados en caso de prosperarse tal regulación.
Proliferation of fake news on social networks has increased social and political concern about the risks that this phenomenon can cause in an edemocracy. Although criminal law seemed to remain in the background, the truth is that there has been a rise in doctrinal concern about what should be their degree of intervention. Consequently, in this work there is an attempt to study more deeply the current situation between our criminal law system and this phenomenon. Furthermore, the article offers an interesting reflection on whether it is necessary to regulate the effects which this new technological challenge are being attribuited. The main purpose is to show the extent to which basic guarantee principles could be violated if this regulation were to prosper.
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