Madrid, España
Esta mujer austriaca que nació en 1856 fue, años antes de doctorarse en filosofía, una niña de una prodigiosa inteligencia, con una muy alta capacidad intelectual. Atea, pesimista y feminista, veía en el hombre el origen de todo mal y pedía a las mujeres que fueran fieles a sí mismas. en su primera etapa, el pesimismo le parece una "concepción injusta y desviada del mundo", pero en los últimos años cambia su percepción y define el optimismo como una "ilusión enormemente perjudicial y tonta".
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